Wednesday, April 21, 2010

EL TRÁFICO DE HANOI (II)



Son las ocho de la mañana y nos dirigimos al trabajo. Aquí tenéis parte del recorrido que hago a diario. Es un vídeo que he colgado en youtube para poder pegarlo en el blog. De no muy buena calidad pero bastante ilustrativo, que diría mi profesor de lenguaje de quinto de EGB en tono serio. Por circunstancias que no vienen al caso mi moto estaba "perezosa" esa mañana y un amigo-compañero-vecino me ofrece  llevarme en la suya. Recomiendo abrir el vídeo a pantalla completa para un mejor "disfrute" y a ver si aguantáis los diez minutos (si se ve en el blog éste se come una parte a la derecha del vídeo). La verdad es que es bastante real tal y cómo ha quedado. Milagrosamente no se oye ningún insulto, por nuestra parte al menos. Uno de los tramos que aparecen es donde rodaron los de callejeros una parte de su programa sobre Hanoi.

Salen cruces de calles que parecen un billete de lotería, rectas con líneas titubeantes y baches decorativos ad hoc, callejones con tendencia a convertirse en laberinto, colegiales en bicicleta, una carga de la brigada ligera "motera" en una acera (perdón por las rimas), un lago en obras, señoras en pijama saliendo de su casa a punto de ser atropelladas, autobuses que vacilan por un momento a quién embestir, algún que otro kamikaze despistado, conductores disléxicos que no entienden los semáforos y muchas-muchas-muchas motos.

Espero que reconozcáis algunos de los pitidos que enumeré en un post anterior. Aquí en concreto salen al menos tres: el adolescente, el simplemente ruidoso y el musical (éste se reconoce en la parte final del vídeo). Voy a añadir uno a la lista, el pitido eco. Consiste en repetir sin venir a cuento un pitido lejano (éste último preferentemente justificado) en su mismo tono y duración, con el único propósito de añadir algo de confusión, si esto es posible, al tráfico y al interfecto que emitió el primero. Es importante que no haya ninguna relación entre el primero y el segundo y una distancia razonable entre ambas "motillos". Debo confesar que esta modalidad, aunque extraña para el hanoiano medio, es una de las que más me gusta y que practico de vez en cuando (hay que liberar tensiones y añadir algo de humor faeminiano al ambiente). Aunque ya sé que algunos me diréis que no se diferencia mucho del pitido absurdo. Y seguramente tenéis razón.