Friday, June 18, 2010

EL NIÑO BUDA DE HANOI - ハノイボーイの仏像


Yo y un compañero regresamos del trabajo hacia casa una tarde cualquiera. Después de cruzar el brazo de lago que divide los de Truc Bach del Hô Tay tenemos que girar a la izquierda. Allí nos encontramos habitualmente con un cruce batidora, es decir, de esos en que las motos te las puedes encontrar en todas las direcciones y posiciones posibles. De frente, de perfil, a tu espalda, en diagonal o en semicírculos concéntricos. Inopinadamente nos topamos con una hilera de policías que nos cortan el paso. Esto es nuevo. Pretendemos enfilar hacia una calle estrecha que es en cierta manera un atajo para evitar una especie de M-30 pero en viet, o sea un horror de polvo, pitidos y camiones en zig zag. Como ya estamos bastante integrados hacemos lo que haría cualquier vietnamita medianamente previsible que es acceder, a pesar de todo, a la calle cortada por un callejón paralelo. El vietnamita se caracteriza entre otras cosas por una obstinación en hacer su voluntad sin sopesar demasiado las consecuencias. El callejón de marras tiene el pequeño inconveniente de que es en dirección contraria. Pero como aquí no se distinguen muy bien (véase entrada anterior con el vídeo de ida hacia el trabajo) las calles de dirección única de las de doble dirección, pues como que no lo dudamos.

Llegamos a la calle al fin y nos topamos con una procesión. Sí, una procesión. Hanoi sorprende siempre con algo nuevo. La procesión del niño Buda formada por una cohorte de señoras con túnica, algún monje budista solitario, algunos dragones de mentira abriendo el cortejo, una inaudible banda de música con gorras blancas en la cabeza tipo olla exprés (inaudible no por ellos que lo intentaban, sino por lo que venía detrás) y un número desorbitado de motos (esto es lo que venía detrás, en medio y delante) que no se sabía muy bien si eran devotos del niño Buda sobre ruedas o eran simplemente despistados en medio de un atasco de túnicas. Eso sí, cuando llegó el niño Buda a mi altura y le fui a sacar una foto, tengo que confesar que casi se me cayó la cámara.