Sunday, May 2, 2010

SA PA : PAISAJES (Cảnh quan)


Cascadas de agua de líneas verticales, una vegetación exuberante fruto de la altura y de la humedad permanente, terrazas de campos de arroz que van descendiendo cadenciosamente desde lo alto de las colinas hasta el fondo de los valles de las montañas de Hoang Lien, búfalos de agua arando los predios enfangados, todo ello es lo que me espera al llegar a Sa Pa, a unos trescientos kilómetros al noroeste de Hanoi. Estas montañas, que fueron renombradas por los franceses como los Alpes de Tonkín, fueron "descubiertas" en el año 1918 por un misionero jesuita. Llegadas al resto del país las noticias sobre el lugar,  en los años veinte se establecieron allí definitivamente los franceses construyendo una iglesia, algunos hoteles, un aeródromo, campos de tenis, una estación hidroeléctrica y unas doscientas villas de veraneo.  Un lugar perfecto para escapar del sofoco de los veranos de Saigón o de Hanoi. Los años treinta fueron la época dorada de Sa Pa. Recorriendo en moto los alrededores de la ciudad uno entiende porqué los franceses hicieron de este lugar su particular Chamonix indochino. La invasión japonesa de 1941, las sucesivas guerras contra la metrópoli y contra los Estados Unidos después, y por si fuera poco la guerra con China que en enero de 1979 invadió el norte del país como represalia por la invasión de Camboya por Vietnam, acabaron de destruir el poso de aquellos años. Tan sólo se conservan la iglesia que preside en lo alto de la ciudad la plaza del mercado y una docena de villas coloniales. Sa Pa se encuentra situada a una altura de unos 1.600 metros a los pies del monte Phan Xi Păng, la montaña más alta de Vietnam (3.143 metros).

El viaje hasta Sa Pa se hace por tren saliendo a las siete y media de la tarde de Hanoi y llegando a las cinco de la mañana a Lao Cai (diez horas en una litera compartiendo espacio con otros cinco vietnamitas, experiencia recomendable), ciudad en la que cogeré un minibus que durante una hora inicia una sesión de curvas y precipicios hasta llegar a mi destino. Ver como amanece entre las montañas compensa un poco, pues la llegada a Lao Cai se hace en plena noche. Llego a Sa Pa a las seis de la mañana y la ciudad comienza a despertarse, tanto es así que a las siete abrirá  el mercado local y no parece que nadie esté durmiendo. Aquí os muestro unas fotos de los paisajes de las montañas de Hoang Lien y de la ciudad misma atravesada por nubes. Varias veces al día grupos de nubes atraviesan literalmente las calles ocultando el cielo y dejando a la ciudad envuelta en una semipenumbra mágica.

La belleza siempre compensa el esfuerzo. Sólo diré que el viaje de vuelta dura exactamente lo mismo sólo que rebobinando la ida lógicamente. Ah! y a Hanoi se llega a la hermosa hora de las cuatro. Sí, las cuatro. Nunca creí que existieran las cuatro de la mañana.  Las fotos comienzan con la  fachada de la estación de tren de Hanoi y la última es del atardecer en Lao Cai junto a la frontera con China, sobre los reflejos vespertinos del río Rojo (Song Hong) girando sobre sí mismo para unirse al río Nam Ti y entrar en Vietnam.